Concientización
En
relación con el "control de los movimientos", es sabido que en las primeras experiencias de pos aprendizajes
existen sensaciones muy difusas y poco diferenciadas respecto a la información
recibida a nivel consciente. Poco a poco, al adquirir dominio y segundad en la
ejecución, se va ampliando la posibilidad de analizar y hasta
"anticipar" las contingencias que se pueden presentar en el
desarrollo de los movimientos conocidos.
En
particular, los adolescentes y también los jóvenes tienen una gran necesidad de
sentirse seguros del dominio de los movimientos, elemento importante de
autoafirmación. Los defensores de la lucha hacia el deporte de alto nivel,
sitúan el principio de conciencia en relación con el hecho de que, al alcanzar
un alto nivel y automatismo de las destrezas de movimiento, el "alumno robot" ya puede dedicarse a la elaboración de
la táctica competitiva y a desarrollar el deseo o la "voluntad de
ganar". Debemos volver nuevamente al problema de los fines; porqué se
realizan determinados movimientos y despertar por sí mismos su mejoramiento
funcional por medio del trabajo sistemático, y de experimentar sus capacidades
y sus límites. Es necesario que sepan que esas capacidades y límites pueden ser
mejorados por todos y cada uno, y que la capacidad física no es lo más
importante, que ser talentoso o hábil no es más que un producto de la herencia,
de! medio o de factores contingentes.
De este modo, la incorporación de
actividades sistemáticas como el acondicionamiento físico, los ejercicios
construidos, la repetición de los gestos deporte de la ejecución de este tipo
de tareas, evitando el aburrimiento y la falta de interés.
Meinel
dice: "En esta edad (se refiere a la pubertad) ya no se da generalmente la
prontitud de asimilación, pero en lugar, de ello existe una actitud más consciente frente
a los propios movimientos. Chicos y chicas quieren saber 'cómo hay que hacerlo'
y qué es lo que hacen mal."
El
movimiento provee información permanente y rica en relación con la reelaboración
del esquema corporal y la nueva configuración interior que realiza el adolescente
del significado que tienen los movimientos; Los
rápidos cambios corporales y ia variación de la actitud de relación social,
provocan conductas contradictorias que se traducen a veces en bloqueos o
negaciones, por ejemplo, timidez de las niñas por mostrar su cuerpo en ciertos
movimientos, o al contrario, un deseo permanente de exhibirse ante el otro
sexo. Ciertos movimientos; o la expresividad implícita en algunos, comienza a
inquietar a niños y niñas, quienes se niegan a veces a realizarlos, ya que los
consideran inapropiados para su sexo.
Concretamente,
el alumno tiene que ser informado acerca del objetivo de su práctica. La
indicación de dicho objetivo deberá formularse de tal modo que en un momento
dado el alumno pueda verificar sus logros o el nivel alcanzado. A su vez, esta
información inicial hace partícipes a los alumnos del desarrollo sistemático del
programa de trabajo.
Poco
a poco, el diálogo cada vez más extenso, entre el grupo escolar, debe llevar a
compartir y colaborar en la elección de los logros por alcanzar. Este proceso debe
conducir a los jóvenes al análisis de tareas y actividades cada vez más
amplias, con poderes de decisión, teniendo en cuenta que la "conciencia"
se relaciona con la formación del sentido de autodeterminación y de libre
elección de actividades.
Frente
al conjunto de estos problemas que afrontan los adolescentes y jóvenes, nos
parece infinitamente más importante crear un ambiente de cordialidad y confianza,
en el cual el maestro los oriente hacia la búsqueda de la identidad y la
afirmación de la personalidad, por medio de actitudes de cooperación y de responsabilidad
compartida, en vez de encauzarlos hacia el desarrollo de la "táctica competitiva"
y el "deseo de ganar".
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